Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la gran https://laylagnpt185956.blog2learn.com/86088732/la-provocación-que-detonó-el-cabezazo-de-zidane